Palabra de Meis
La sociedad de hoy en día
conlleva el ir con prisa a todas horas, el tiempo es lo más valioso, y a veces,
corres tanto, que te vas perdiendo momentos importantes por ese largo camino
llamado vida.
Pero hay una carrera
popular, diferente, donde corremos como en cualquier otra carrera, pero de otra
forma, disfrutando de cada segundo de la compañía del que llevamos al lado, de
los conocidos y de los que conocemos durante la misma, donde nos reímos y nos
animamos los unos a los otros. Una carrera, donde el objetivo no es llegar el
primero, sino el de darnos la mano y cruzar juntos la línea de meta.
Este año La San Silvestre
de Pontevedra no fue como otros años, por medidas de seguridad y con la
intención de evitar las masificaciones, se cambió el formato y el recorrido. Ya
no se hizo la salida masiva de otros años. En esta ocasión, se hicieron varias
salidas a lo largo del día, en total 17 salidas en
grupos de unas 150 personas.
El recorrido de unos 3 km se llevó hasta la Junquera de Alba con el objetivo de
evitar las masificaciones de público en medio de la ciudad.
Para nosotros, las
personas que formamos el Centro de Día Amencer-Aspace de Campolongo, fue muy
emocionante, porque necesitábamos volver a correr juntos con toda la ilusión
del mundo, los gritos de ánimo, las risas, los piques y esa gran emoción de
llegar a la meta para despedir el año todos juntos. Y como no, agradecer a la
gran familia de Rodando, por correr a nuestro lado y compartir ese hermoso
momento con toda la alegría e ilusión.
No puedo explicar lo que
significa para nosotros correr la San Silvestre, son kilómetros de felicidad,
es como escapar, liberarte y correr hacia ese abrazo que te estruja el corazón,
quizá parezca tonto, pero yo lo siento así.
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