Nos hacemos eco de una noticia publicada en la página de Confederación Aspace.
Una encuesta realizada por Confederación ASPACE y Nutricia entre 600
familias de personas con parálisis cerebral muestra que casi tres
cuartas partes de la población encuestada (72,95%) reconocen haber
notado reducciones en las prestaciones que perciben por parte de las
administraciones públicas, tanto en las cuantías económicas como en los
servicios recibidos.
Según muestra el estudio, el 91,85% de las familias encuestadas ha
recibido algún tipo de ayuda para adaptaciones técnicas (silla de
ruedas, cama articulada, grúa…) y menos de la mitad, 46,34%, la
recibieron para adaptar la vivienda o el vehículo a las necesidades
especiales de la persona con parálisis cerebral.
Las prestaciones que con más frecuencia tienen asignadas las familias
son las de carácter no contributivo, otorgadas directamente a la
persona por causa de discapacidad o a los familiares por el cuidado de
un hijo con discapacidad (prestación por hijo a cargo). Son precisamente
estas prestaciones, las más frecuentes, las que tienen una cuantía
menor.
En este sentido, Confederación ASPACE inició el pasado 16 de febrero
la campaña de recogida de firmas para apoyar la Iniciativa Legislativa
Popular creada por el Comité Español de Representantes de Personas con
Discapacidad para reformar la Ley de la Dependencia para fijar cuotas
máximas de copago de servicios y su exención en caso de rentas bajas,
entre otras medidas.
Copago Sanitario
En cuanto al tema sanitario, más de un 20% de los encuestados
reconoce que debe sufragar el 40% o más de los costes de los
medicamentos, mientras que el 9,1% debe abonar el 50% del coste. En este
sentido cabe destacar que el 22,4% de los encuestados están exentos del
copago, mientras que el 32,8% desconoce el porcentaje que debe abonar.
Este porcentaje supone un montante estimado de más de 50 euros al mes
en gasto de medicamentos, que se traduce en más de 650 euros al año en
el presupuesto de los hogares de las familias.
Impacto en las familias
Cuatro de cada cinco familias de entre las encuestadas reconoce
precisar de ayuda de una tercera persona de manera habitual. El nivel de
necesidad de apoyo se refleja en el reconocimiento de discapacidad
superior al 65% así como del nivel de dependencia reconocida a más del
90% de la población encuestada. La mayoría de los encuestados ha
obtenido el reconocimiento del Grado III de discapacidad, el máximo
disponible.
Las madres son quienes ejercen la función de persona de apoyo de la
persona con parálisis cerebral, 53% de los casos, la principal
consecuencia de ello es que más de un tercio de las encuestadas (36,11%)
reconoce haberse visto obligada a dejar de trabajar y otro tercio
(32,41%9 a reducir su jornada laboral.
Una de cada cinco personas encuestadas reconoce no acudir con regularidad a ningún centro o servicio
Cabe destacar que una de cada cinco personas encuestadas reconoce no
recibir con regularidad ningún servicio de atención especializada. De
entre quienes sí cuentan con estos servicios, las familias acuden con
mayor frecuencia a centros de día (90,91%), centros de educación
especial (87,73%) y centros ocupacionales (72,73%), mientras que los
centros con menor asistencia son los de educación inclusiva (centro
ordinario), 36,96%, y los centros especiales de empleo, 15,15%,
precisamente por la falta de políticas inclusivas impulsadas desde las
administraciones públicas o por la escasa dotación económica para
hacerlas efectivas, tanto en educación como en empleo.
En cuanto a las principales necesidades de apoyo que demandan
las familias según esta encuesta, son necesidades de servicios
jurídicos, respiro familiar y ayuda a domicilio.
En prácticamente todos los casos, la mitad de la población o menos
reconoce disponer de los apoyos que precisa, sobre todo en lo referente a
servicios jurídicos, de respiro familiar y ayuda a domicilio.
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