Por Rosa Meis
El pasado viernes, día 23 de julio, en nuestro Centro de Día Amencer-Aspace de Campolongo, nos invadieron un montón de emociones. Después de más de un año bastante duro para todos, nos regalaron un subidón con tanto cariño de parte de nuestro gran equipo de profesionales, que nos vino a las mil maravillas. Y con una super sorpresa, que estaba escondida y que nos arrancó un grito de alegría unánime Rosana Sánchez, una parte del equipo, que también echamos de menos y esperamos que vuelva pronto a Campolongo.
Entrega de diplomas de fin
de curso, mencionando lo mejor de cada uno y también por cumplir todas las
normas de seguridad del covid.
Pero nuestro mejor premio
fue ver las caras de alegría e ilusión, tanto de ellos como de mis compañeros,
esas miradas brillantes luchando para que no se escapara alguna lagrimita, cosa
que no conseguimos. Pero esta vez, las lágrimas estaban aseguradas porque una
parte muy importante del equipo, Lorena, el próximo curso empieza una nueva
etapa en el centro de Vigo, la echaremos mucho de menos pero le deseamos todo
lo mejor. Nadie mejor que nosotros para saber lo que es una buena cuidadora y
para mí es la mejor.
Como ya dije muchas veces,
la palabra gracias se queda pequeña cuando se recibe tanto y no hablo solo del
excelente trabajo que hacen cada día, sino también de la calidad humana que
tiene cada uno. Y no, no es peloteo aunque lo parezca, pero ya me resulta
difícil expresar mi agradecimiento después de veinte años de compartir tantas
experiencias.
ME ENCANTA COMPI, HAYYYY! ESE POETA
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