Por Rosa Meis
No sé si es un defecto o una virtud pero cuando me
comprometo con algo, me entrego por completo. Envié mi propuesta para ser
ponente en el Congreso de Parálisis Cerebral de Madrid de 2017 que este año se
desarrolló bajo el lema “ATRÉVETE A CONOCERME”.
Escribí esta propuesta pensando, no solamente en mí, sino
también en mi grupo de Autogestores y por supuesto en todos y cada uno de mis
compañeros y de mi Asociación.
Como representante de este grupo de autogestores, creí que
había que dar respuesta a la solicitud de Confederación y sinceramente envié mi
propuesta pensando que no sería elegida ya que soy consciente de que somos
muchas las personas que pertenecemos a la Confederación. Pero igualmente la
preparé con mucha ilusión. El tema a tratar fue: QUÉ NOS DIFERENCIA DE OTRAS
DISCAPACIDADES EN LAS DIFERENTES ETAPAS y yo desarrollé LA EDAD ADULTA.
Cuando me dijeron que fuera elegida lo primero que pensé fue
“¡es una broma!”. Pero las miradas de orgullo de Susana, David y los demás me
lo confirmaron. Sentí mucha alegría por tener la oportunidad de representar a
mi asociación pero al mismo tiempo miedo por tanta responsabilidad, y desde ese
momento mis nervios y mi cabeza no pararon.
Lo primero que me dije es que no podía defraudar toda esa
confianza que tantas personas ponían en mí y eso también era contradictorio
porque estaba más nerviosa pero me motivaba mucho más. Me pasé el mes de Agosto de vacaciones
escribiendo, borrando y volviendo a escribir mi ponencia incluso hasta altas horas de la noche. Tuve
momentos de frustración y momentos que no paraba de escribir, y por supuesto
que me ayudaron en algunos momentos, pero mi orgullo es que esa ponencia es
realmente mía.
Y llegó el día, por tercera vez en mi vida me subí a un avión,
algo que por alguna razón no me gusta nada, y nos fuimos a Madrid mi monitora
Rosa, Mónica Touriño, Gerente de la Asociación y Begoña, Directora del cole y
yo. Ya en el aeropuerto de Madrid,
tuvimos que esperar casi cuatro horas por mi silla que misteriosamente había
desaparecido. Tenía reunión a las seis con el resto de los ponentes, para
conocernos y preparar los turnos de las ponencias y llegué por los pelos.
El sábado 14 me levante casi temblando por los nervios, por
suerte tenía a Rosa para relajarme con sus ánimos. Cuando entré en el salón de
actos del Hotel mi corazón se puso a mil, yo escuchaba los latidos. Por mi
cabeza pasaban las palabras de Susana y Estela, muy despacio, respira,
pronunciando tranquilamente, mira al público y sonríe pero creo que no lo
conseguí.
Cuando subí al escenario varios recuerdos pasaron por mi
mente: mi madre, mi familia, mi Ángel de la guarda (me refiero a una persona y
a su familia que me han apoyado desde hace muchos años y a los que les estoy
muy agradecida ya que me dieron el apoyo y el empujón necesario para salir de
la burbuja que me había creado y en la que me sentía cómoda y segura..).
Me acordé de mis compañeros, de todo el apoyo de David y del
resto de profesionales, mis comienzos en Amencer y dónde estaba en ese momento,
a pesar de los nervios y el miedo me sentí muy feliz de poder vivir ese
momento.
Necesitaba dar todo lo mejor de mí durante esos veinte minutos
o por lo menos intentarlo. Mientras escuchaba la ponencia de mis compañeros de
la asociación El Despertar que hablaron de la etapa infantil, que por cierto
fue fantástica, yo me decía, relájate y suplicaba por favor que salga bien.
Cuando mi compañero Rafael Covo primer ponente y
moderador de las tres ponencias empezó a presentarme, ahí dejé de respirar… yo
quería tranquilizarme, leer lento, pero los nervios no me dejaron. Las últimas
palabras de mi ponencia fueron “muchas gracias”, escuché los aplausos y me dije
“ya está”, pero mi cuerpo seguía tenso no dejaba de temblar, hasta tenía ganas
de llorar. La siguiente ponencia fue de
ASTRAPACE Murcia y fue muy divertida, por un momento envidié el desparpajo de
mi compañera Eva que habló de la etapa de la vejez muy alegre y optimista.
Después hubo un tiempo para el café, que también
aprovechamos para conocernos, saludarnos, felicitarnos, reencontrarnos, y
contarnos cosas de nuestros centros o hablar de lo que nos preocupa. Un salón
lleno de historias distintas, lleno de ilusión, de unión como si estuviéramos
todos los días juntos, charlas con sabor a café que te hacen sentir uno más. Y
personalmente siento un inmenso orgullo de representar a mi asociación.
Para mí
es difícil diferenciar las emociones, la sensación de estar delante de miles de
personas leyendo, intentando expresar lo que he escrito, o la emoción de
escuchar a otros compañeros contar su historia en la que me veo reflejada y me
doy cuenta de que da igual de dónde seas: de Madrid, Guipúzcoa o Galicia, etc.
Porque todos tenemos casi las mismas inquietudes.
Durante la mesa redonda mi compañero Raúl Iván Perales,
coordinador de las visitas de los centros de formación en APPC Tarragona, habló
sobre su participación activa en el centro asegurando que “todos tenemos
aptitudes positivas”.
Bueno, puedo decir que con el trabajo que hago en mi centro de
día, me siento útil y creo que por eso estuve en ese congreso o eso espero.
No quiero terminar este artículo sin recordar a Jaume Mari,
anterior presidente de Confederación fallecido hace casi un año. Tengo el
bonito recuerdo de mi primer ponencia en Santiago. Jaume Marí se acercó, me dio
dos besos y me felicitó y me comentó que se sentía muy orgulloso de ver como luchábamos
por nuestros derechos. Eso para mí fue un empujón para seguir con esto de
hablar en público a pesar de los nervios que me aceleran.
Y por último quiero dar las gracias a todos los que
confiaron en mí, por todo el apoyo que recibí tanto de Confederación Aspace,
Federación Aspace Galicia y por supuesto, mil gracias a mí familia Amencer que
confiaron y me apoyaron desde el primer momento para representar a todos.
Esto para mí a parte de ser un gran orgullo, fue un gran
regalo que me hizo muy feliz.
MUCHAS GRACIAS
No hay comentarios:
Publicar un comentario