Dicen que algunos sueños se
cumplen, es cierto. Desde pequeña siempre me ha encantado el patinaje artístico
la primera vez que lo vi en la tele me pareció fascinante. Como cualquier niña
de 8 o 10 años y a pesar de mí situación, soñaba con poder patinar me
emocionaba, solo con escuchar una canción que me motivara ya empezaba a soñar. Pero aunque tenía claro que
nunca podría hacerlo, cada vez que lo podía ver, lo disfrutaba como si
estuviera en aquella pista. Creo que era una bonita manera de escaparme de mi
realidad.
Fueron pasando los años y
aunque no es un deporte tan popular como el fútbol, que dicho sea de paso me
parece muy injusto porque tenemos muy buenos patinadores, me fui aprendiendo los
nombres de las vueltas, saltos, fallos nombres de patinadores, campeonatos etc,
y cada vez lo disfrutaba y disfruto más.
Ya estamos en el 2020 y el 7
de Enero nuestra asociación Amencer Aspace a los chicos de Campolongo, nos
regalaron una bonita sorpresa. Nos dijeron que teníamos una salida sorpresa, solo
nos dijeron que viniéramos abrigados, algunos intentamos indagar pero sin
resultados pero las sorpresas, son
sorpresas. El lunes por la mañana cuando llegamos al centro después de tomarnos
un café calentito, nos subieron a las furgonetas y allá nos fuimos, a la
aventura como siempre con la total confianza en nuestro equipo de trabajadores.
Entre bromas e ilusión llegamos al pazo de cultura de Pontevedra o recinto
ferial, dónde cada año ponen Mundo Nadal pista de hielo y otras atracciones en Pontevedra.
¡Díooooooos! Pista de hielo, cuando entramos en el recinto nuestras caras se
iluminaron ¡IBAMOS A PATINAAAAAR! Algunos nos quedamos sin palabras y otros
gritando de alegría en un instante nos olvidamos del frío.
Los monitores se pusieron
los patines, bueno algunos, otros rompieron un poco las reglas ja, ja, ja, ja. Pero
valió la pena. Tan solo entrar en la pista fue como olvidarnos de nuestras
sillas de ruedas y volar, girar, vibrar, disfrutar al máximo todos juntos. Una
hora de diversión y felicidad inolvidable, giros y giros, risas algún que otro
cruce, un mini tren, las sillas a velocidad 5 con algún monitor enganchado al
respaldo. Vueltas y más vueltas, esa sensación de deslizarte sin miedo, de
sentirnos por decirlo de alguna manera libres por un momento es increíble.
Aquel sueño de mi niñez se
cumplió, pero mucho mejor porque en el sueño no estaban mis compañeros, y que
bonito poder compartir mi sueño con ellos.
Queremos agradecer a las/os
trabajadoras del recinto por abrirnos la pista esa mañana para nosotros.
Esperamos repetir el próximo año.
¡GRACIAAAAAAAAAAAAAS!
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