jueves, 13 de febrero de 2020

En Amencer también estrenamos FROZEN


                                                          
                                                                     Por  ROSA MEIS

Dicen que algunos sueños se cumplen, es cierto. Desde pequeña siempre me ha encantado el patinaje artístico la primera vez que lo vi en la tele me pareció fascinante. Como cualquier niña de 8 o 10 años y a pesar de mí situación, soñaba con poder patinar me emocionaba, solo con escuchar una canción que me motivara ya  empezaba a soñar. Pero aunque tenía claro que nunca podría hacerlo, cada vez que lo podía ver, lo disfrutaba como si estuviera en aquella pista. Creo que era una bonita manera de escaparme de mi realidad.


Fueron pasando los años y aunque no es un deporte tan popular como el fútbol, que dicho sea de paso me parece muy injusto porque tenemos muy buenos patinadores, me fui aprendiendo los nombres de las vueltas, saltos, fallos nombres de patinadores, campeonatos etc, y cada vez lo disfrutaba y disfruto más.



Ya estamos en el 2020 y el 7 de Enero nuestra asociación Amencer Aspace a los chicos de Campolongo, nos regalaron una bonita sorpresa. Nos dijeron que teníamos una salida sorpresa, solo nos dijeron que viniéramos abrigados, algunos intentamos indagar pero sin resultados pero las  sorpresas, son sorpresas. El lunes por la mañana cuando llegamos al centro después de tomarnos un café calentito, nos subieron a las furgonetas y allá nos fuimos, a la aventura como siempre con la total confianza en nuestro equipo de trabajadores. 


Entre bromas e ilusión llegamos al pazo de cultura de Pontevedra o recinto ferial, dónde cada año ponen Mundo Nadal pista de hielo y otras atracciones en Pontevedra. ¡Díooooooos! Pista de hielo, cuando entramos en el recinto nuestras caras se iluminaron ¡IBAMOS A PATINAAAAAR! Algunos nos quedamos sin palabras y otros gritando de alegría en un instante nos olvidamos del frío.



Los monitores se pusieron los patines, bueno algunos, otros rompieron un poco las reglas ja, ja, ja, ja. Pero valió la pena. Tan solo entrar en la pista fue como olvidarnos de nuestras sillas de ruedas y volar, girar, vibrar, disfrutar al máximo todos juntos. Una hora de diversión y felicidad inolvidable, giros y giros, risas algún que otro cruce, un mini tren, las sillas a velocidad 5 con algún monitor enganchado al respaldo. Vueltas y más vueltas, esa sensación de deslizarte sin miedo, de sentirnos por decirlo de alguna manera libres por un momento es increíble.


Aquel sueño de mi niñez se cumplió, pero mucho mejor porque en el sueño no estaban mis compañeros, y que bonito poder compartir mi sueño con ellos.
Queremos agradecer a las/os trabajadoras del recinto por abrirnos la pista esa mañana para nosotros. Esperamos repetir el próximo año.

                                 ¡GRACIAAAAAAAAAAAAAS!


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