Por
José Sergio González Rodríguez.
El pasado viernes 20 de junio, los centros de día
AMENCER-ASPACE, de Villagarcía y Pontevedra, realizamos nuestro bautismo de mar
2025, en el puerto del Club Náutico de Sanxenxo (Pontevedra), en la que fue la
primera salida de ocio del verano. Por desgracia, solamente pudimos asistir algunos
usuarios, debido a que el Club Náutico no cuenta con tantos barcos accesibles,
por ello, uno de los requisitos para asistir es que los participantes tuviesen
un mínimo de autonomía a la hora de subir y bajar de las embarcaciones.
Me encanta navegar… balancearme entre las suaves olas,
pasear sobre las aguas, creo que cuando la marea y el clima lo permiten, puede
llegar a ser una actividad de lo más relajante. Zarpamos, todos juntos, unos
tras otros, disfrutando el momento mientras dejábamos atrás preocupaciones y
malos humos, durante una hora más o menos. Disfruté como un niño pequeño, como
un viejo lobo de mar…
De vuelta al puerto, cuando pensábamos que nos íbamos a
comer, los monitores nos dieron la gran sorpresa:
Íbamos a conocer a nuestro Rey Emérito: Don Juan Carlos I
de España, que como suele ser habitual en él, se encontraba pasando unos días
allí.
Supongo que uno no tiene esa oportunidad todos los días.
A mí, la noticia me
dio nostalgia, mientras pensaba como hace ya unos cuantos años, muchos habíamos
tenido la oportunidad de conocer a los Reyes Don Felipe y a Doña Leticia, cuando
siendo todavía Príncipes de Asturias, ambos inauguraron nuestro Centro Princesa
Leticia de Villagarcía en abril del año 2007. Recuerdo aquel momento como algo
muy especial y emocionante, como una experiencia única que no se encuentra al
alcance de todos, y ahora, así, de sorpresa, el Rey Emérito.
Fue un encuentro entrañable. Nos encontramos ante un ser
humano cercano y debido a la edad, dependiente, un hombre de edad como he dicho,
sí, pero también la de un hombre que parece no bajar la toalla ante el inclemente
paso del tiempo. Me gustó conocerlo y fotografiarme con Su Majestad mientras le
pasaba el brazo por la espalda como si fuésemos amigos de toda la vida, pese a
ser la primera vez que nos encontrábamos, lo que se comenta que es campechano,
lo comprobé de primera mano. Fotos, diplomas, protocolo… para un bautismo de
mar inolvidable.
Por último, llegó
la hora de comer. Lo hicimos (sin la compañía de Juan Carlos), en las
instalaciones del Club Náutico, que nos las cedieron para la ocasión, ¡Muchas
Gracias a todo el equipo!
¡Gracias a todo el equipo del Club Náutico, a los
voluntarios y a todo el equipo Amencer-Aspace, que hicieron posible esta
jornada veraniega! Y como dice la canción: Gracias
a la vida que me ha dado tanto… Yo digo, ¡Gracias al personal Amencer… que
se desvive cada día por nosotros, siempre con una sonrisa por bandera, sin quejas,
ni lamentos, dándolo todo cada día, para que nuestra vida sea un poco más
integral.
Ha vuelto el verano. Vuelven las salidas de Amencer, el
sol y la fiesta y todos esperamos disfrutarlas hasta el último aliento.